7 abr 2010
El piano en la terraza
Estaba sentada en una puerta de una terraza una mañana cualquiera.
De repente dejó de ser un momento cualquiera.
Las notas, la melodía de la vida empezó a inundarme, a llenar cada uno de mis poros, a formar parte de mi.
Las teclas de un piano eran acariciadas desde algún punto no muy lejano.
Un lápiz y una hoja de papel aparecieron ante mi y sin darme, a penas, cuenta el paisaje de ensueño que había ante mis ojos cerrados se fue transportando al papel presidido por ese piano que toda la fantasía había formado y Mariola estuvo cada vez más cerca y más difuminada y cupo en el mismo espacio que la melodía que hasta ella llegó desde Ontinyent.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn piano sempre és inspirador.
ResponderEliminarBon conte.
me gusta tu cambio de look.
ResponderEliminarcambiar es crecer.