Había pasado toda la noche lloviendo o, al menos, eso le había parecido oír a ella... No había pasado muy buena noche, aunque no era muy consciente de nada. Se levantó y, como cada día, se preparó para irse a trabajar.
Cuando salió a la calle notó algo raro pero no supo muy bien que era hasta que se encontró con su vecino que, finalmente, se había convertido en Monstruo Marino y se había vuelto simpático saludando como nunca lo había hecho. Su sueño se había hecho realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario